jueves, 1 de octubre de 2009

Los 80: La complicada gambeta a la oscuridad



Con la euforia del Mundial del 78 y las Madres de Plaza de Mayo caminando en círculo, los ´80 mantenían un Gobierno de Facto que todavía guardaba una de sus cartas más ingenuas y terribles. A su vez, el deporte se dejaba seducir por el dinero fesco de la televisión generando cambios irreversibles en la páctica en sí y en sus efectos en la sociedad. La Guerra Fría, motor de las revoluciones tecnológicas, escribía sus últimos capítulos.


El doble campeón mundial del los medio pesados durante los ´70, Víctor Emilio Galíndez, adoraba la velocidad, tanto que se anotó como acompañante de Antonio Lizeviche en el Turismo Carretera. La mañana del 26 de Octubre de 1980 se averió el Chevrolet con el que competían en pleno circuito de 25 de Mayo. Piloto y co-piloto se bajaron y caminaron por el lado externo de la pista, la gente les hacía señas con la mano para advertirles del peligro, Galíndez, desconocedor de tales códigos, les devolvía el gesto pensando que los saludaban. El auto número 71, conducido por Marcial Feijoo, salido de control, entró en un tremendo trompo y tomó de lleno a ambos, que murieron al acto. En el 80 moría Galíndez, en los ´70 le había tocado a Ringo Bonavena y en los ´60 a José María Gática. De todas maneras no eran los únicos. Un año antes de la tragedia de Galíndez, moría Alfredo Horacio Cabral en un accidente de tránsito, quien a lo 23 años era una gran promesa de Tito Lecture. *1

El boxeo argentino sufría un duro golpe, pero el Gobierno de Facto que manejaba el país desde 1976, recibía uno más fuerte: uppercut al hígado que lo dejaba contra las cuerdas. En 1980 Adolfo Pérez Esquivel recibía el Premio Nobel de la Paz. Una bofetada para un gobierno que lo había perseguido y lo había tenido preso, sin causa, durante un año y medio. Pérez Esquivel era promotor del movimiento Servicio Paz y Justicia, de carácter latinoamericano y basado en Gandhi y Martin Luther King, encargado de promover los derechos humanos. Además, junto a su hijo Leonardo, fundó el Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y protestó abiertamente contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)*2. Las violaciones a los derechos humanos que salían a la luz se sumaban a la catástrofe económica tras las reformas sustanciales bajo el liderazgo del empresario y estanciero José Alfredo Martínez de Hoz, siguiendo las nuevas doctrinas neoliberalesque tendieron a desindustrializar la economía argentina y a fomentar y concentrar el sector financiero y el campo*3. La única alternativa posible, pensó la Tercera Junta (al mando de Leopoldo Galtieri), era levantar el ánimo popular, nada más ni nada menos, que con una guerra. El, mal llamado, Proceso, buscaba salir del rincón.

El 2 de Abril las Fuerzas Armadas desembarcaron en las Malvinas venciendo a la débil resistencia, logrando con pragmatismo el cometido: la gente se reunió en las capitales provinciales y, principalmente, en Plaza de Mayo, donde Galtieri arengaba desde su balcón, logrando la inmediata aprobación. La ministra inglesa, conservadora y neoliberal, Margarth Thatcher ordenó la arremetida, luego de imponerse ante los sectores pacifistas internos y lograr el apoyo del bloque europeo que se sumaba al que, ingenuamente, había apostado la Junta: Estados Unidos. Los ingleses necesitaron apenas dos meses para aplastar un pobre ejército formado en su mayoría por jóvenes inexpertos *7. No solo se habían hecho desaparecer supuestos “subversivos” con un mecanismo, en principio, secreto. Ahora también se había mandado a morir abiertamente.

La década del 80 presentaba un Mundo que seguía entrelazado en una Guerra Fría que de a poco se desanudaba. Sin embargo, el nudo más grande lo tendrían muchos jóvenes en la garganta. El 9 de Diciembre de 1980 murió John Lennon tras sufrir el disparo de Mark David Chapman, un fanático que había sido hospitalizado en su juventud por enfermedad mental, en la entrada del edificio del músico, el Dakota House, en Nueva York. El asesino, tras disparar, sacó la novela “El guardián entre el centeno” y la leyó hasta que llegó la policía. El libro, publicado en 1951, había provocado mucha controversia por destapar temas tabúes sobre la sexualidad y la adolescencia. Lo mismo que los Beatles en los ´60. A su vez el hecho mostraba la realidad de los medios de comunicación, ayudados por la carrera tecnológica de la Guerra Fría. “Los teléfonos no pararon de sonar”, dijo el disc jockey Bob Linden de la estación de radio norteamericana K.E.Z.Q especializada en música juvenil. “La gente tiene necesidad de un punto focal donde hacer converger su propio sentido de dolor y pérdida”, agregaba. Lennon era un personaje de los medios, una imagen que tenía las mismas cualidades carismáticas, universales, que la moda de la época. Este tipo de fenómenos de la comunicación empezaba a ser moneda corriente.*4

En 1980 la Guerra Fría tenía un punto crítico. Por primera vez se celebraban los Juegos Olímpicos en un país del bloque comunista y justamente en el epicentro de la revolución del proletariado y de aquella Unión Soviética que tanto molestaba los intereses de Occidente: Moscú. Excusas sobraban de ambos lados, pero Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos, eligió la invasión a Afganistán para boicotear los juegos. El bloque occidental, unido por el tratado conocido como OTAN, acató la orden del país del cual dependían sus economías. Sudamérica, subordinada al dólar, no viajó a Moscú, salvo por Brasil. Los adherentes al Pacto de Varsovia, se tomarían venganza en los Juegos de Los Ángeles cuatro años más tarde, a excepción de Rumania. Aunque el fin de la Guerra Fría no estaba muy lejos, el deporte sufría el más duro revés del enfrentamiento: dos Juegos Olímpicos diezmados.

En Argentina, mientras el mejor jugador de todos los tiempos dejaba el club que lo formó para probar la presión de un grande como Boca, el equipo de Copa Davis llegaba a la final de la mano de Guillermo Vílas y José Luís Clerc, quienes no hablaban entre sí por diferencias perosonales. La final quedaba 3-1 a favor de Estados Unidos, dejando el recuerdo de dobles donde la pareja argentina batalló maratónicamente quedando 9-11 en el último set ante John Mcenroe y Peter Fleeming. A su vez, en 1982, Argentina organizaba el Mundial de Voley, logrando un histórico tercer puesto. El fútbol, boxeo y automovilismo; dominadores absolutos de la atención criolla, empezaban a compartir espacio con deportes que lograban crédito en la máxima competencia internacional, y a su vez eran ayudados por el crecimiento de la televisión que se daba en los ´80. De todas maneras, unos meses antes de la proeza de Waldo Kantor, Raúl Quiroga y compañía, el seleccionado de fútbol dirigido por Cesar Luis Menotti, que defendía el título obtenido en 1978, quedaba afuera, temprano, en la segunda ronda del Mundial. Con algunas glorias que quedaban de aquella final con Holanda a cuadras de la ESMA y un Diego Maradona que a los 21 años todavía estaba verde. España 82 se cerraba con la derrota ante un el Brasil que dirigía Telé Santana por 3 a 1 y la expulsión de Maradona tras una reacción, justificada en los duros golpes que recibió durante todo el torneo, que mostraba su inmadurez.

A pesar que los fracasos mundialistas suelen causar heridas que tardan en cerrar, el año siguiente al mal pasar en la Copa del Mundo resurgía la sociedad. La Tercera Junta debió abdicar luego de Malvinas, y la Cuarta ya no tenía muchas ideas. Reynaldo Bignone ocupó la presidencia sabiendo que no podría prolongar mucho más el llamado a elecciones. Sólo le quedaba buscar acuerdos para evadir lo que hubiera sido un justo castigo para los responsables del capítulo más negro de la historia de Argentina. En 1982 se presentó la Ley de Autoamnistía, que clausuraba el debate y daba a los muertos como caídos en combate. En mayo del 83 una movilización protestó contra dicha ley, la masividad del acto obligó a los militares a fijar elecciones para octubre de ese año El candidato del justicialismo, Ítalo Luder, proclamó que la Ley de Autoamnistía era legítima y adecuada, lo que hizo inevitable la victoria del radical Raúl Alfonsín y la primera derrota en una elección para el Partido Justicialista. Su asunción, el 10 de diciembre de 1983, se vivió con absoluto entusiasmo, valorando más que nunca la importancia de la vigencia del Estado democrático. * 5 y *6

En 1984 el tenis confirmaba su presencia en las preferencias deportivas con la aparición de una joven de 15 años. Gabriela Sabatini ganaba Roland Garros en la categoría Junior y se acomodaba como la mejor juvenil del mundo. No solo se ampliaba el espectro de prácticas deportivas, sino también aparecía el sexo femenino con más vigencia. A su vez el boxeo, viejo conocido, volvía a regalarle un triunfo Mundial al país. Ubaldo Sacco derrotaba al norteamericano Gene Hatcher por el título de los medio medianos. Sin embargo, se confirmaba que las historias negras de los boxeadores argentinos no eran casos aislados. Sacco nunca pudo superar su adicción a las drogas, que acarreaba desde los 14 años, y fue detenido varias veces. Moriría en los ´90 a los 41 años, solo y enfermo. También en el 84, Cesar Abel Romero, “La Bestia”, fallecía tras un tiroteo con la policía, post robo de dos millones y medio de pesos a la Empresa Automotores La Plata. “La Bestia” volvía de ser derrotado en Mónaco, postergando su chance de pelear por el título del Mundo. Había aprendido a boxear en la cárcel, se segunda casa, pero le había prometido a su madre no volver tras su última salida a los 23 años. Le cumplió*1.

El deporte seguía en expansión. En 1985 se creaba la Liga Nacional de Básquet. León Najnudel lograba unificar las distintas federaciones para armar una liga federal de alta competencia. El primer campeón fue justamente el equipo de Najnudel, Ferro, un club del Oeste de Capital que en 1982 y 1984 lograba sus primeros – y únicos- títulos en fútbol, de la mano de Carlos Timoteo Griguol*8. El boxeo, por su parte, casi vuelve a sufrir. Jorge “El Karateka” Medina estuvo cerca de perder un brazo en un accidente en su moto. De todas maneras, no podría escapar de un pena de cinco años de cárcel por venta de drogas y robo*1.

Alfonsín derogó la Ley de Autoamnistía apenas asumió, luego reformó el Código de Justicia Militar y formó la Conadep. Por su parte, la Iglesia pedía la detención de todo juzgamiento y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas falló declarando a la “guerra contra la subversión” como legítima e irreprochable. En contra de su absoluta voluntad, pero sin otra opción debido a las revelaciones que realizaba la Conadep, Alfonsín llevo el juicio al tribunal civil dando comienzo al juicio a las Juntas. Por primera vez en la historia líderes militares a cargo de un golpe de Estado eran condenados por juicios civiles. El fallo decretó que no había sido un acto de guerra, sino un plan criminal, lo que eliminaba el argumento que mantenía a salvo oficiales menores y suboficiales, es decir, la “obediencia debida”. *5

En 1986 se abrían nuevos juicios siguiendo las líneas hacia los mandos inferiores, pero, al menos por un mes, ya no fue tan importante. Maradona ya estaba más maduro. Ese proyecto de crack que se despedía por la puerta de atrás de España, tanto del Mundial del 82 como del Barcelona en el 84, había llegado a Nápoli para demostrar, una vez por todas, su mejor versión. Se transformó en emblema de una ciudad pobre, o más bien popular, del Sur de Italia y desafió a los poderosos del Norte. Pero la selección vivía otra realidad. Tras el fin del contrato del entrenador que había logrado poner al país, por primera vez, en lo más alto del cielo futbolero, parecía que Carlos Bilardo representaría otro fracaso más. Con un gol sobre la hora para rescatar apenas un empate con Perú, tras una jugada del emblema de la etapa anterior, Daniel Pasarella, y la definición de Ricardo Gareca., Argentina entraba al Mundial de México 1986, pero por la ventana, generando poca expectativa en un pueblo todavía anestesiado. De todas maneras Maradona comandaría un equipo, un país, para lograr ese sueño que tenía de chico: ser campeón del Mundo. Un sueño que proyectaba un pueblo entero, pueblo que recién despertaba de esa pesadilla tan real que había amanecido transpirado y palpitando. El partido con Inglaterra removía sentimientos muy cercanos, y Maradona se encargó de dibujarlo con una forma que nadie antes soñó. Primero con una argentinada, una viveza criolla, una trampa o una vergüenza. Se sigue buscando el adjetivo, pero para romper con toda discusión el diez de los azules decidió, cuatro minutos más tarde, pintar la obra de arte más, unánimemente, original de la historia.

De la euforia a la frustración, o todo mezclado. Si sabrá Argentina de vaivenes, que en diciembre de 1986 el gobierno aprobó la Ley de Punto Final, ley que paralizaría los juicios en un plazo de dos meses. La presión proveniente desde los cuarteles fue demasiada para un gobierno atormentado por fantasmas. Ya en 1987, en Semana Santa, los fantasmas dejaron de lado su inconsistencia, para tomar forma viva, de carne y hueso. El teniente coronel Aldo Rico sublevó un par de centenares de oficiales medios en Campo de Mayo, denominados “Carapintadas”. Pero el pueblo ya había despertado, y no quería volver a dormir. Una masiva movilización colmó Plaza de Mayo y otras plazas del país. El domingo de Pascuas, la casa estuvo en orden, pero ¿qué orden? Días después del acuerdo entre Alfonsín y los “Carapintadas”, se aprobó la Ley de Obediencia Debida, que eximía los militares debajo de los coroneles. Las movilizaciones no pudieron evitar la presión.

Entre tanta tensión, Juan Martín Coggi recuperaba la corona que había perdido Ubaldo Sacco en manos de Patrizio Oliva, cuando intentaba su primera defensa. El “Látigo” venció al mismo italiano, en su tierra. Para no perder la costumbre de la profesión, declararía: “A mi me gusta vivir al límite, chorrear adrenalina, necesito tener un nudo en el estómago para sentirme vivo”. Ya por los 90 llegó “a ver la luz” tras un choque en la ruta 29, aunque sobrevivió *1. En febrero de 1988, Rafael “El Cartonero” Báez aseguraba ante los jueces que había visto como la cargaba a su hombro como una bolsa de papas y la tiraba del balcón. Carlos Monzón era sentenciado a 11 años de prisión, acusado por la muerte de su mujer, la modelo uruguaya, Alicia Muñíz*9. Más adelante, en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, atendían el llamado esos deportes que parecían afianzarse. Sabatini obtenía la medalla de plata y la selección masculina de voley la de bronce.

Dos levantamientos, uno liderado por Rico y otro por Alí Seineldín, tuvieron lugar en 1988, dejando al descubierto las fracciones de derecha que todavía reclamaban, muy lejos del imaginario social, amnistías e indultos. A esto se le sumó el copamiento del cuartel en La Tablada. Un sector de izquierda exaltado y lunático denominado Movimiento Todos por la Patria, liderado por un ex dirigente del ERP, tomó por asalto los cuarteles del Ejército en La Tablada. Tras la muerte de algunos conscriptos y la respuesta a la misma altura, la teoría de los dos demonios obtenía mayor verosimilitud, la opinión fue contundente: un grupo de asesinos que intentaba imponer ideas absurdas y trasnochadas. Las conexiones del grupo con el radicalismo reivindicaban a las Fuerzas Armadas. De todas maneras, el peronismo se había renovado y Carlos Saúl Menem logró imponerse en las elecciones celebradas el 14 de mayo de 1989, teniendo que asumir seis meses antes de lo estipulado tras la renuncia de Alfonsín, quien no podía controlar la hiperinflación. El gobierno que había asumido como promesa de una democracia redentora, dejaba su lugar en una huida precipitada y rodeado de caos. 5* y *7.

“El uso de la fuerza había perdido credibilidad. Ya no era posible estabilizar el mundo con métodos militares”, recuerda Mijail Gorbachov, presidente de la URSS entre 1989 y 1991 y premio Nobel de la Paz en 1990. El comunismo había cedido ante las fuerzas de Occidente, la Cortina de Hierro ya estaba oxidada. El avance de la comunicación logró saltar ese muro para mostrarles a los pueblos comunistas que había algo más que ese falso marxismo corrompido desde Moscú, y que no los dejaban siquiera tener ese algo más como opción. Ya se había vuelto insostenible, los pueblos ya no podían ser contenidos en ese atraso tecnológico y cultural en el que se había quedado el Bloque Comunista. Gorbachov alentó la Perestroika –reestructuración- en todos los países del Pacto de Varsovia y comenzó la propia en la URSS. El sindicato Solidaridad, comandado por Lech Walesa, dejaba atrás el comunismo en Polonia. Una revolución que destapaba fosas con líderes de los ´50 asesinados tenía lugar en Hungría. El 9 de noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín, simbolizando y sintetizando el fin del comunismo. Alemania había sido el lugar pronosticado por Karl Marx para el desarrollo de este socialismo llevado al extremo, cuya aplicación no fue más que una utopía. “Estamos convencidos de que el muro artificial, físico y espiritual, que todavía existe, algún día caerá para siempre” decía George Bush, presidente de Estados Unidos entre 1989 y 1993. *10.

En un proceso con idas y vueltas, Europa del Este se integró a Occidente. Para bien o mal, pero dejando atrás un estilo de vida que presentaba a los tanques soviéticos como factores de la cotidianeidad. Detrás de los asesinatos sistematizados de la Dictadura Militar en Argentina o de las purgas de Stalin; hubo intereses superfluos que legitimaron las decisiones efectivas de la logística y materialidad de los crímenes. De todas maneras, un cambio en las relaciones de poder le dio a la muerte –o a su opuesto- un significado menos relativo, quitándola de la escena política en vivo y en directo y haciéndola desaparecer como estrategia pragmática.

Bibliografía
*1= El Gráfico, Marzo 2007
*2=Iglesia y Dictadura, libro de Emilio F. Mignone, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 1986
*3= El ciclo de la ilusión y el desencanto: un siglo de políticas económicas argentinas. Buenos Aires: Ariel, 1998, por Pablo Gerchunoff y Lucas Llach:
*4= Rabia y Tv, libro de Furio Colombo, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1983
*5=De la Revolución Libertadora a Kirchner, por Jorge Saborido y Luciano de Privitellio, 2006
*6= “Juicio a los militares: documentos secretos, decretos-leyes, jurisprudencia”, Rama Argentina de la Asociación Americana de Juristas
*7= Breve historia contemporánea de la argentina 1916/1999, Luis Alberto Romero, Fondo de Cultura Económica, 2001.
*8= Solo Básquet, Nº 312, 25 de julio 1995
*9= “Murió Rafael Báez, el cartonero que había acusado a Carlos Monzón”,
Clarín, 18/10/2003
*10= Fascículo 11, por CNN, revista Veintidos, 25 de noviembre de 19

3 comentarios:

Picoco dijo...

Que decada! Yo llegue a ver punks…
Como siempre vengo a molestar un poco. Te hago unas preguntas y te dejo unas ideas
Cierto es que la Junta esperaba que, una vez tomadas las islas, la cosa se resolviera diplomáticamente. De hecho, Haig medió negocio propusoy tuvo un papel activo, aunque sus esfuerzos fracasaron. Pese a esto ¿tu dirias que USA apoyo a UK? La pugna diplomtica del conflicto me parece muy interesante. Por cierto, Thatcher era del partido conservador, pero no conservadora, y tampoco fue “neoliberal” Pero demostrado esta que pifio bastante. Otra pregunta ¿Seineldin fue un heroe de Malvinas, no? ¿no fue el quien estaba al mando del desembarco?

Creo que Chapman ya cumplio su condena, y ta para salir el año prox…

Y tengo cientos de preguntas mas, es que los post sobre “decadas” son impecables, pero necesariamente siempre quedan cosas de lado… Como la invencion del CD o… la Copa America del 87 ;)

Salduos desde el otro lado del rio

Cronista Clandestino dijo...

No tenía el dato de "El Turco", pero ya chequié y estas en lo cierto... lo que si... murió hace un mes!.. y durante su funeral un juez reivindicó a Primo de Rivera ( no me acuerdo bien el contexto, si fue en su funeral o en alguna otra instancia) y se armó un quilombo con España.

No se hasta que punto EEUU ayudó en la guerra, lo que sí. es que acá creían que ayudaría a Argentina... que ya negarle ese apoyo fue uno de los golpes más duros que podían dar. Y de Tatcher tendría que investigar más, pero tenía entendido que fue fundamental para las aperturas neoliberales de la década.

La verdad que siempre quedan cosas afuera... en las anteriores tenía temas consignados, pero yo me encargaba de enganchar algunos más, pero esta vez no tuve tanto tiempo para profundizar.

muchas gracias por los aportes

saludos

Picoco dijo...

Gracias por responder:
En cuanto al papel de USA: Como vos bien decis fue “ingenua” la junta, sin embargo yo creo que las negociaciones de Haig (el mismo tipo que, cuando le pegaron un tiro a Reagan, se metio en la Casa Blanca y dijo “yo estoy al mando”… lo acusaron de golpista cuando lo unico que hizo fue hacerles entender a los sovieticos que no habia confusion alguna) fueron mas alla de lo previsto. Y npo diria que “apoyaron” a UK… Aca tambien preguntaria si Francia “apoyo” a UK… digo, ¿no hubo todo un dilema con los codigos de los exocets?

Lo de la Copa America del 87 era una broma de un Uruguayo cansado de ver a su selección nadando en la mediocridad ;)

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